Swedish Alpine Ultra (SAU) 2018

SWEDISH ALPINE ULTRA (SAU) 2018
Kungsleden (Nikkalouokta – Abisko (Suecia))
2018-07-14
Distancia: 107 km
Desnivel positivo: 2200 m aprox.
Tiempo: 15h 12′
Posición: 15

Tras solamente 6 semanas desde que cumpliera el reto de las 100 millas en Lofoten, muchas dudas rondaban mi mente respecto a esta carrera. Con una carga de volumen más que suficiente en las piernas a estas alturas del año pero poco rodaje entre una y otra carrera, y un evidente desgaste todavía no restablecido al 100% desde Lofoten, afrontaba un nuevo reto de +100K. Un viejo conocido, esta vez con la motivación de compartirlo con dos compañeros de aventuras: Jessica y Roberto.

Swedish Alpine Ultra, una carrera especial que por segunda vez tomaba parte en ella y que sin duda se ha convertido (junto con Transvulcania) en la carrera a la que iré volviendo repetidas veces mientras pueda y exista. El ambiente familiar, su belleza, la dureza e impredecibilidad de un recorrido y clima que nunca deben menospreciarse. Si bien es cierto que SAU no es un ultra al uso (sin asistencia, sin avituallamientos, sin cronometraje), tal vez por ello sea una carrera tan especial.

En esta ocasión además lo afrontamos en condiciones completamente opuestas a las de dos años atrás, pasando del frío intenso, la lluvia constante durante más de 12 horas, los senderos completamente anegados de barro y las crecidas de ríos, al más soleado y veraniego día, cielo raso y calor con temperaturas constantes por encima de los 25C. Una auténtica aberración climática teniendo en cuenta que estamos en latitudes ya dentro del Círculo Polar Ártico y los lugareños no recordaban un verano así, de récord.

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Con todo ésto en mente, el plan era claro y pensábamos que podíamos rebajar el tiempo de hace dos años considerablemente, cuando empleamos 14h 45′ en completar el recorrido. Terreno seco y muy compacto, que aunque no dejaba de ser montaña, debería permitirnos avanzar de forma constante hasta meta. Bien, pues como decía antes, SAU no debe ser menospreciado, nunca. Con todo a favor en cuanto a condiciones meteorológicas y de terreno (así lo demuestra el nuevo récord establecido por el ganador Jonas Johansson 11h 04′), fueron otros los problemas, esta vez físicos y sin entrar en detalles, que tuvimos que afrontar los tres integrantes del grupo. Por mi parte, he aprendido la lección y no volveré a juntar dos retos de tanto kilometraje en tan poco tiempo. Simplemente, no merece la pena y las probabilidades de experimentar problemas e incluso incurrir en lesión grave son altas e indirectamente proporcionales al disfrute en carrera, que al fin y al cabo es el motivo principal por el cual hacemos estas locuras. Mis compañeros también tuvieron que lidiar con su ración de contratiempos, por lo que pronto vimos que el día iba a ser más largo de lo esperado, y es ahí cuándo el aspecto mental y la paciencia entraron en juego.

Tras una salida relativamente rápida, pronto nos posicionamos en carrera y bajamos el ritmo para seguir avanzando de forma constante siempre entre los 10 o 15 primeros corredores (de un total de 50) y el segundo puesto femenino (de 8 participantes). No teníamos más plan que ese y estar pendientes de Jessica en su debut en una carrera de más de 100K, aunque bien demostró que no le hacía falta ninguna ayuda y superó el día no sin cansancio, pero sí con nota.

Así fueron cayendo los kilómetros. La primera parte de carrera siempre en ligera ascensión hasta Tjäkjapasset (1160 msnm) y la segunda parte en ligera caída hasta Abisko. Aunque todo esto es muy relativo, sobre todo si contamos que mitad y mitad son casi 55 km cada parte y que el terreno es más bien ondulado y aunque la tendencia en una y otra parte sea opuesta, los cambios de inclinación son constantes a lo largo de todo el recorrido.

Posteriormente y habiendo estudiado un poco los tiempos de paso, se ha visto que en Tjäkjapasset ya perdíamos 30′ respecto a 2016. Algo realmente increíble porque en aquella edición era muy difícil avanzar por el frío, la lluvia y el barro. Quizás y precisamente por eso, el avance fue más dificultoso y exigente pero constante en aquel entonces y en esta edición fuimos un punto por debajo, más conservadores. Lo cual no es ni un fallo ni un problema, simplemente algo derivado de las condiciones de cada edición y que pone de manifiesto que no hay dos ultras iguales, incluso si son el mismo recorrido. Son lecciones que se aprenden con el tiempo y poniendo km en las piernas, igual que la lección más importante de todas: disfrutar siempre del camino y nada más. Solo así la alegría es plena al cruzar la línea de meta. Solo así, merece la pena correr ultradistancia.

Después de 15h 12′ llegamos a la meta completamente vacíos, pero con la satisfacción de haber acabado, y de haberlo hecho juntos. Días así, en buena compañía y atravesando paisajes increíbles, son los que nos empujan a seguir devorando km y aventuras.

Muchas gracias a Roland, organizador de la prueba, que con su pasión y amor por la montaña y este deporte hace posible que año tras año SAU sea una realidad. También gracias a la familia SAU, corredores y voluntarios, por la atención de darnos siempre una calurosa bienvenida (los españoles!) y asegurarse de que nada nos falte durante los dos días que dura esta maravillosa locura.

SAU – hasta muy pronto!

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